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Lección 16 Agroindustria hoy:las cuatro olas de innovación(当今的农产品加工业:四次创新浪潮)

Los sistemas de producción agroindustrial han seguido una ruta evolutiva que se dirige hacia lo que hoy se denomina “agricultura ampliada” y “bioeconomía”.En estas nociones confluyen una gran diversidad de nuevas tecnologías productivas e innovaciones de producto,observándose una fertilización cruzada entre disciplinas y técnicas que antes se encontraban separadas.Para caracterizar el estado del arte en esta materia,pueden deslindarse analíticamente cuatro olas de innovación.

En primer lugar,se ha venido consolidando una tendencia hacia la implantación de“sistemas intensivos” de producción agropecuaria que comprende la difusión de muchos procesos y productos intermedios novedosos; por ejemplo:agricultura de precisión;irrigación por goteo,prácticas agrícolas de conservación del suelo,semillas e insumos“especiales” logradas gracias a múltiples técnicas genéticas.Maquinarias y equipos incorporan crecientemente conocimientos de frontera en diversos campos,en especial de tecnologías de información y comunicación que son aplicadas a la producción y a la comercialización; en particular,en sus expresiones más recientes:Big Data e Internet de las Cosas.El efecto neto de esta mayor intensidad tecnológica es una elevación notable de la productividad agropecuaria a través de la eficiencia de sus procesos de producción:se logra producir más con menos insumos.Como se verá luego,este fenómeno se observa principalmente en los centros generadores de estas tecnologías,EE.UU.y los países europeos,pero también,y de forma sorprendente,en el sector agropecuario de China.Por otra parte,es claro que la intensidad tecnológica dispara cambios sustanciales en los sistemas de gestión del sector que impactan y tensionan tanto a la agricultura de gran escala como a la agricultura familiar.

En segundo lugar,se observa un amplio abanico de innovaciones en la elaboración de productos alimenticios finales,por ejemplo,los “alimentos funcionales”.En este caso,el cambio técnico busca crear bienes dirigidos a mercados segmentados,aunque diseñados para un mercado global.Por ejemplo,los alimentos funcionales pueden tener propiedades nutraceúticas,es decir,fusionan nutrientes y fármacos; un caso muy difundido es el de los probióticos.En el espacio de innovación de productos es previsible una nueva generación de“alimentos industrializados”,ya hoy presentes en el mercado en muchos países.Algunos analistas prevén la extensión masiva de prácticas de alimentación fuera del hogar en muchas economías que demandarían bienes cuyo consumo final requiere muy pocas etapas ulteriores de elaboración,como hidratar los o calentarlos.Para situarse en la frontera de estas innovaciones (o próximo a ella) son necesarias inversiones sustanciales en investigación y desarrollo en campos tales como ingeniería de procesos y productos,logística,inteligencia de mercados,creación de marcas,etc.También es necesario que el sector productivo incorpore regulaciones normativas que le permitan acceder a mercados globales.

Una tercera tendencia es la mayor difusión de “tecnologías de conversión” de materias primas agrícolas en proteína animal,lográndose un marcado crecimiento de la producción de carnes vacunas,aviares,porcinas,así como de huevos y leche.Este cambio está en sintonía con la evolución de la estructura de la demanda de alimentos,cuyas modificaciones dependen de una combinación de la elevación del ingreso en grandes capas de la población mundial(aumento de la clase media,por ejemplo,en China) y cambios en los gustos de los consumidores,que se inclinan hacia una mayor diversidad y calidad de los productos alimenticios.

Por último,puede anotarse la progresiva configuración de un nuevo sector productivo,la“bioeconomía” que fusiona disciplinas biológicas,genéticas y prácticas agrícolas con el fin de lograr nuevos procesos y productos; notablemente,biocombustibles de primera y segunda generación,bioplásticos obtenidos de diversas fuentes,y otra gama de bienes.Este componente del sistema de innovación es el más dinámico y el que tiene un potencial más imprevisible.Por ejemplo,la conversión de energía solar en biocombustibles,posible cuando se dispone de superficies fotosintéticas masivas,es uno de los procesos en que más se ha avanzado en las últimas décadas y en el cual algunos países del MERCOSUR tienen ventajas.

Estas cuatro olas de innovación que atraviesan las cadenas agroindustriales se sustentan concretamente en los avances en biotecnología,genética y en prácticas agrícolas y pecuarias más eficientes y sustentables,así como en la creación de redes de servicios profesionales de alta complejidad,entrelazados en complejos sistemas de innovación.El avance transversal de las aplicaciones de las tecnologías de información y de comunicación en la agroindustria es por supuesto uno de los motores de estos cambios.La posibilidad de capturar información masiva mediante múltiples sensores (de imágenes u otras variables) aparejados a la maquinaria,drones o satélites y el diseño de algoritmos de procesamiento de esos datos apunta a la optimización de los procesos.Esto lleva a lograr combinaciones más eficientes de insumos para producir cantidades iguales o mayores de productos.Cabe notar que,no solo los productos obtenidos con estas técnicas son exportables,sino que las propias tecnologías pueden dar lugar a flujos de servicios basados en conocimiento,también comercializables.En estas cuatro olas de innovación,los países latinoamericanos,sobre todo,los del MERCOSUR,deberían jugar un papel relevante; políticas regionales en esta materia potenciarían esas fortalezas.

La innovación de procesos mencionada ha tenido efectos tangibles en los indicadores del volumen real de producción y en la productividad agropecuaria mundiales.Esos efectos ciertamente han sido desiguales y se concentran en los países desde donde se irradian mayoritariamente esas innovaciones,como EE.UU.y los países europeos,a los que debe agregarse el brillante desempeño de este sector en China.

En el decenio 2004-2013,la producción agropecuaria mundial creció a una tasa media de 2,5% por año con una tendencia reciente a estabilizarse.Esta variable registró una suave pero relevante aceleración a inicios del milenio,en parte como efecto de la incorporación de tecnologías más eficientes que comenzó a operar en la década precedente.Los grandes impulsores de esta expansión de la producción han sido economías emergentes como China,India y los países del MERCOSUR,que exhiben una tendencia de incremento muy superior a la de las economías maduras,EE.UU.y los países europeos.En estos últimos,la producción agropecuaria prácticamente se estancó en las últimas dos décadas,mientras que en EE.UU.se observa una marcada desaceleración,registrando una tasa del 0,9% promedio por año en 2004-2013.Esto contrasta con los fuertes crecimientos de India (3,9%) y de China y el MERCOSUR cuyas tasas convergen cerca de un sólido promedio anual del 3,5%,aunque con patrones diferentes:mientras que la tendencia del bloque sudamericano es a la desaceleración,China ha sostenido esa tasa por cerca de un lustro.La trayectoria del MERCOSUR se explica por significativos enfriamientos en Brasil y Argentina,cuyos crecimientos alcanzaron máximos entre 2006 y 2008; en Argentina,de hecho,el sector crece menos que la media mundial en el último decenio.La pérdida de impulso en estos dos socios ha sido parcialmente compensada por marcadas aceleraciones en el crecimiento de la producción agropecuaria de Paraguay y Uruguay.El balance del sector agropecuario del MERCOSUR en términos de importancia relativa y de expansión de la producción es,pues,claramente positivo.Los socios del bloque han logrado mantenerse a la par en la carrera con los destacados desempeños de India y de China en esta actividad.

(1180 palabras)

(fuente:Fragmento del artículo “Integración agropecuaria”,por Alejandro Ramos M.y Fernanco Vilella,recopilado en el informe del INTAL del BID “Los futuros del Mercosur”,marzo de 2017)